lunes, 11 de agosto de 2008

Santiago Ten Years Ago - ETAPA 12



Una bajada pronunciada por la carretera que lleva al monasterio nos deja en el pueblo de Yesa. A esas horas de la mañana se evitan los coches que deben acudir esos días de visita. Ya hemos dejado atrás el pantano y cambiamos de rumbo dirección Sangüesa. Lo del pantano es agradable como paisaje los primeros kilómetros; despues acabas algo agobiado con tanta agua que "has de dejar correr". Estamos empezando a cansarnos de tanta carretera, a pesar de que el paisaje es agradable. Además, pasamos junto al Castillo de Javier, lugar de obligada parada turística. Son las típicas paradas que luego acabas pagando en horas de retraso, pero que das por bien aprovechadas. En este caso, no debes pasar de largo Javier sin hacerle una visita.




Javier ... Y cierra España!!



La carretera de descenso desde Javier a Sangüesa, se hace pesada (normal y típico: el sol, el cansancio, ....). Y la llegada a Sangüesa es de aquellas tan típicas de ver el pueblo demasiado pronto, y luego parece que no llegas nunca. Una vez bien llegados, el descanso en Sangüesa es obligado, y es lugar que merece un fin de etapa, pero este peregrino no puede malgastar excesivos días, y menos con la cantidad de kilómetros que nos quedan por delante. Afortunados Javier y Guillermo, que pueden y merecen un Camino agradable y más sosegado, descansan esa noche en el fantástico Albergue de Sangüesa.

Bien alimentados y ligeramente descansados, vamos hacia Izco a través de casi 20 Km de puro monte. Empiezas con una subida dura casi desde el inicio, con la que llegas a Rocaforte. Despues, más subida hasta el Alto de Aibar y seguir con continuas subidas y bajadas por entre bosques, prados y animales de pasto. A uno le habían vendido la moto que el trayecto no llegaba a los 15 Km. ... Eso me costó una hora de retraso sobre el horario previsto. Sumada al turismo en Javier y Sangüesa nos da casi la noche. El lado positivo de ese trayectito fue que dejamos de lado la carretera y pisamos camino de monte. (Dejar la moto y coger la cabra)

Izco posee un buen albergue, desconocido para este peregrino de no ser por los monjes de Leyre que nos dieron el chivatazo. Es un lugar estratégico entre Sangüesa y Puente la Reina, y allí encontré un buen ambiente de convivencia entre vascos, norteamericanos y gente de mi tierra, y eso vale a veces más que 3 horas de siesta o unos cuantos kilómetros de menos.

"How does it feel
How does it feel
To be without a home
Like a complete unknown
Like a rolling stone?"

Aquí me dio el ataque de responsabilidad tras hacer el turista en Javier, y eso me llevó a hacer una etapa larga pero agradable, uno de esos puntos que te hace subir la media de kilómetros pero ahorrar a la larga algún día más de etapa. Planificado no estaba, pero siempre las no planificaciones son las que mejor sientan en el camino.

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